La multiplicación es el sueño de Dios para cada uno de nosotros, para cada familia, ministerio, congregación y organización de la iglesia. El Señor nos bendijo con la capacidad de ser fructíferos y multiplicarnos. Es una capacidad exponencial y no tiene límites. La Biblia dice que Dios bendijo a Adán y dijo, “Sean fructíferos y multiplíquense.” También bendijo a Abrahán para que sus descendientes fueran numerosos como las estrellas en los cielos. El sueño de Dios se cumplió en el pasado y también puede cumplirse en su iglesia remanente. Mire el video aquí.
Rubén A. Ramos es el vicepresidente para Ministerios Multilingües de la Unión de Columbia